Se abre el portón, irrumpe un potro imponente,
sus crines negras, frondosas y aterciopeladas juegan con el viento,
sus finas orejas se dejan ver como dos puntas de lanza,
…es un cromo en movimiento.

Se desplaza como los antiguos caballos de guerra,
resoplando y marcando el paso con decisión,
listo para entrar en batalla,
…Chalán y potro forman uno solo.

El público guarda silencio y observa con deleite,
lo que tienen ante sus ojos justifica su presencia al evento,
no ha empezado la competencia…
ya tienen un ganador.

Pasa frente a la tribuna, prendido, arrogante, enérgico,
con la cola pegada a las piernas, sin un solo movimiento
ni vertical ni horizontal, con la misma energía de la primera batida,
sigue, sigue, sigue.

A distancia parece que fuera sobre rieles,
pasa la pata impulsando el tren delantero con el adorno que encanta,
no pierde batida, cierro los ojos y escucho la música del paca paca,
…cadencia es su nombre.

Luego de la dura prueba, entre aplausos, el juez como era de esperar,
lo declara ganador, sin menosprecio por supuesto a los demás competidores,
…es el potro que el propio juez le daría a su mejor yegua,
sin lugar a dudas será “Campeón del Año”.

* * *

Ring, ring… suena el despertador,
son las seis de la mañana,
debo levantarme,
hoy compite nuestro potro …a ver como le va?…

Julio A. Ponciano                                                                     Guatemala, 2010